Fragmento de Protágoras de Platón


“…los que llevan las enseñanzas por las ciudades, vendiéndolas y traficando con ellas, ante quien siempre está dispuesto a comprar, alaban todo lo que venden. Mas, probablemente, algunos de éstos, querido amigo, desconocen qué, de lo que venden, es provechoso o perjudicial para el alma; y lo mismo cabe decir de los que les compran, a no ser que alguno sea también, por casualidad, médico del alma. Por lo tanto, si eres entendido en cuál de estas mercancías es provechosa y cuál perjudicial, puedes ir seguro a comprar las enseñanzas a Protágoras o a cualquier otro.

Pero si no, procura, mi buen amigo, no arriesgar ni poner en peligro lo más preciado, pues mucho mayor riesgo se corre en la compra de enseñanzas que en la de alimentos. Porque quien compra comida o bebida al traficante o al comerciante puede transportar esto en otros recipientes y, depositándolo en casa, antes de proceder a beberlo o comerlo, puede llamar a un entendido para pedirle consejo sobre lo que es comestible o potable y lo que no, y en qué cantidad y cuándo; de modo que no se corre gran riesgo en la compra. Pero las enseñanzas no se pueden transportar en otro recipiente, sino que, una vez pagado su precio, necesariamente, el que adquiere una enseñanza marcha ya, llevándola en su propia alma, dañado o beneficiado.”




lunes, 23 de abril de 2012

El lucero - Mihai Eminescu



Era una vez como en los cuentos,
Érase una vez,
Niña de imperiales ancestros,
De hermosísima tez.

Hija única y la aman tanto,
Es siempre en todo bella,
Como la Virgen entre los santos
Y la luna entre estrellas.

Desde las sombras celestiales
Sus pasos allá lleva
A las ventanas, en las cuales
El lucero la espera.

Miraba el mar en el ocaso
Cómo aparece y luce,
Cómo por movedizos pasos
Barcos negros conduce.

Lo ve hoy, lo ve mañana,
Así el deseo brota;
Y al verla él tantas semanas,
De ella se enamora.

Como ella apoya en sus palmas
Para soñar, sus sienes,
Llena de amor por él su alma
Y su corazón tiene.

Y de qué modo él se ilumina
En cada atardecer,
Y hacia el negro castillo mira
Su amada aparecer. 




Selección de Violeta para el día del Libro

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