La oscuridad era total cuando de repente comencé a escuchar unos ruidos extraños procedentes de la ventana. Me acurruqué en una esquina de la cama tapado hasta la cabeza. Muy asustado intentaba escuchar aguzando el oído para identificar aquellos ruidos. Al cabo de un buen rato, no sé si por agotamiento o porque los ruidos cesaban, me quedaba dormido.
Fragmento de Protágoras de Platón
Pero si no, procura, mi buen amigo, no arriesgar ni poner en peligro lo más preciado, pues mucho mayor riesgo se corre en la compra de enseñanzas que en la de alimentos. Porque quien compra comida o bebida al traficante o al comerciante puede transportar esto en otros recipientes y, depositándolo en casa, antes de proceder a beberlo o comerlo, puede llamar a un entendido para pedirle consejo sobre lo que es comestible o potable y lo que no, y en qué cantidad y cuándo; de modo que no se corre gran riesgo en la compra. Pero las enseñanzas no se pueden transportar en otro recipiente, sino que, una vez pagado su precio, necesariamente, el que adquiere una enseñanza marcha ya, llevándola en su propia alma, dañado o beneficiado.”
martes, 26 de enero de 2016
Los monstruos del gallinero.
La oscuridad era total cuando de repente comencé a escuchar unos ruidos extraños procedentes de la ventana. Me acurruqué en una esquina de la cama tapado hasta la cabeza. Muy asustado intentaba escuchar aguzando el oído para identificar aquellos ruidos. Al cabo de un buen rato, no sé si por agotamiento o porque los ruidos cesaban, me quedaba dormido.